Me fui al centro de la ciudad con la intención de hacer un recorrido por el bulevar para ver lo que estaba ocurriendo en la Zona Verde que hace parte de las actividades programadas con motivo de la realización en Cali de la Cop16.
Me atrajo un tumulto grande y que rodeaba la
Flor de Inírida colocada en ese sitio de gran afluencia de personas.
Como buen colombiano pensé que algo estarían
regalando allí, y claro, me uní al corrillo para enterarme con mí por ojo
propio que pasaba.
—Los indígenas están protestando —me dijo un
joven que intentaba tomar alguna foto por encima de las cabezas que cerraban el
círculo.
«Perro viejo late echado» me enseñaron desde
pequeño. Abordé a uno de los miembros de la guardia indígena, le manifesté mi
interés por saber qué ocurría, tomar algunas fotos y de paso, si era posible,
hablar con alguno de los líderes de la concentración.
El hombre me miró de arriba abajo y me dijo. —Lo
voy a dejar pasar, y traté de hablar con el que está de sombrero con aquella
chica. —dijo señalando hacia un grupo de personas.
Alzó su bastón de mando y me fui hacia el
hombre que estaba hablando con la muchacha.
—Me permite un momento, por favor —le dije
poniendo mi grabadora a la altura de su boca.
—Sí, señor —dijo mientras daba las últimas órdenes a la mujer
que hablaba con él.
—Su nombre, por favor, —le dije para empezar
la charla.
—Mi nombre es Héctor Gañan de la Guardia
Indígena Nacional.
¿A qué se
debe la presencia de ustedes en este llamado Espacio Verde de la Cop16?
Básicamente, porque se están firmando acuerdos
entre actores que han excluido de una u otra manera los sectores populares. Es
el caso de los indígenas, de los campesinos, de los afros, que son quienes están
allá metidos en sus territorios. Y nos preocupa que un evento de la magnitud
como la Cop16 pase solamente en acuerdos entre ingenios, gobiernos y
trasnacionales y no se hable de la verdadera problemática que sabemos está
afectando a los territorios. Esperamos ser una voz de la Madre Tierra en esta
Cop16.
Decíamos hace días que ellos se ponen a
dictar grandes conferencias sobre ambientalismo, pero en realidad no saben ni
siquiera que es eso. Para hablar de dolores de parto, primero hay parir
—sentenció, Gañan—.
Pensamos que los sectores populares, las
bases, los que hemos llegado acá, representamos esa nación a la que no le ponen
un micrófono para que se manifieste. Es por ese sentir que estamos aquí.
Entonces,
¿cuáles considera que deben ser algunos de los puntos que se deberían de tratar
teniendo en cuenta su posición?
Primero, el respeto a la autodeterminación.
De nada sirve que en las comunidades indígenas se tomen decisiones y los
gobiernos no las ejecuten. Que valga más la reunión con un gerente y lo que se
acuerde con el director de una trasnacional o de un Ingenio y que eso pisotee
lo acordado en asambleas generales con 5 o 10 mil personas.
La gente debe saber que el agua no nace en un
grifo; que el agua tiene un ciclo, y todo ese ciclo hay que defenderlo. No
defendemos el agua pagando bonos de carbono, sino asumiendo responsabilidades de
menos contaminación o asumiendo, de verdad, responsabilidades para que el ciclo
se respete.
Este es un sentir de los sectores populares y
de una u otra manera excluidos. Quisiéramos que aquí estuviera, incluso, el
mismo presidente y otros funcionarios que leyeran el mandato que hemos
elaborado fruto de consensos y de asambleas, y esperamos que así lo hagan.
Esta es la máxima acción pues nosotros somos
respetuosos y esperamos que se nos tenga en cuenta. Nosotros nunca hemos dejado
de resistir. La resistencia no es la capacidad de recibir golpes y
humillaciones.
Resistir es tener la capacidad de mostrarle a
los sectores populares de las ciudades, a los estudiantes, que unidos es la
única manera que podemos salir adelante, y lo estamos demostrando. Los que
están tomando las decisiones son los que están amasando grandes fortunas y poco
les importa el futuro de los jóvenes y de los que no han nacido.
Nosotros no pensamos en este momento hacer
algo así como una minga, parar vías etc. No. Que las cosas transiten porque
hemos tenido unos acuerdos y estamos esperando que se cumplan y que aquí queden
incluidos. Las personas están acostumbrados a hacer una resistencia por
televisión y no como nos corresponde.
Cuando se paraliza un país, duele. Uno sabe
que se perjudican muchos, pero es la única manera de llamar la atención de los
gobiernos para sentarnos a negociar.
¿Han hecho
algún documento o propuesta?
Ahora se va a leer el mandato o manifiesto
que salió de las reuniones previas. Nosotros estamos aquí reunidos desde el
viernes. Hemos estado aquí 700 personas trabajando en comisiones para elaborar
ese manifiesto que se va a leer.
¿Qué llamado
les hace a los colombianos?
Dos llamados: uno a los colombianos que
creamos y nos sumemos a la lucha y que entendamos que solamente tenemos un
planeta, no tenemos otro de reserva. Los ricos andan buscándolo, los pobres no,
y tenemos que cuidar el único que tenemos. Esto para los sectores populares.
También para los que están manejando el poder
desde sus escritorios, que no sean tan irresponsables y que entiendan que la
Madre Tierra necesita el respaldo de los que toman las decisiones para que se
conviertan en políticas públicas.
Aprovecho para agradecer a todos los países
que de buena voluntad han venido aquí a acompañar y a ser testigos de todo lo
que está pasando. También agradecerle al pueblo caleño, pero quiero decirles
que esto es una arma de doble filo. Aquí podemos avalar políticas nefastas como
también podemos avalar mandatos que defiendan nuestros derechos para preservar
la vida sobre el planeta básicamente.